domingo, 19 de mayo de 2013

el caballero carmelo



ANÁLISIS LITERARIO DE “EL CABALLERO CARMELO”


a.- TÍTULO DE LA OBRA: “El Caballero Carmelo”
b.- AUTOR: Abraham Valdelomar Pinto
c.- GÉNERO LITERARIO: Narrativo
d.- ESPECIE LITERARIO: Cuento
a.-Biografía:  Abraham Valdelomar Pinto
     Nació en Ica el 27 de abril de 1888. Sus padres fueron: don  Anfiloquio Valdelomar  Fajardo y doña  María Carolina de la Asunción Pinto Bardales. Por razones familiares se fue a radicar a Pisco, viviendo en San Andrés de los Pescadores, allí pasó su niñez. Estudió la primaria en un colegio fiscal de Pisco y en  la  Escuela Municipal Nº 3 de Chincha. Fue el sexto de los hermanos. En 1900, viajó a Lima y se matriculó en el histórico Colegio Nacional Nuestra Señora de Guadalupe para seguir sus estudios de secundaria y en ese centro de estudios  empezó a desarrollar el periodismo escolar  dirigiendo con Manuel Bedoya  la revista “La Idea Guadalupana”. En 1904, terminó la secundaria y en 1905 ingresó a la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y al año siguiente abandonó los estudios universitarios por razones económicos y se puso   como dibujante de revistas. En 1906, ingresó a la Escuela de Ingenieros (Universidad Nacional de Ingeniería) y 1910 se retiró de ese centro universitario. En 1913 apoyó su candidatura a la presidencia de la República a Guillermo Billinghurst y cuando éste ganó las Elecciones Presidenciales, Valdelomar fue designado Director del diario oficial “El Peruano”.  El 12     de mayo de 1913  fue enviado a Italia y como Secretario de Segunda Clase de la Legación  del Perú en Italia. En 1914, fue derrocado el presidente Billinghurst  por el coronel Oscar R. Benavides y renunció a su cargo diplomático.  Valdelomar  regresó al Perú para dedicarse completamente a la creación literaria y se alejó de la política. En 1915, trabajó como secretario del Primer del Consejo de Ministros del gobierno de José Pardo.   Posteriormente trabajó en el diario “La Prensa”  con el seudónimo “”El Conde de Lemos” y 1916  apareció  la revista“Colónida”.  Esta revista fue fundada por Abraham Valdelomar  y por un grupo de jóvenes escritores de aquella época: José Carlos Mariátegui, Enrique A. Carrillo (Cabotín), Federico Y Ernesto More, César Atahualpa Rodríguez y entre otros. La revista “Colónida”, que sólo publicó  cuatro números, dio nacimiento a un movimiento de renovación literaria que iba en contra de todo academismo y todo rezago colonialista. En 1918, realizó una gran gira cultural por el norte: Huaura, Trujillo, La Libertad, Chiclayo, Cajamarca, Guadalupe, Zaña, Chepén,  Motupe, Pimentel, Piura, Sullana y otros lugares. En 1919, hizo una gira por el sur: Ica, Moquegua, Arequipa, Pisco, Chincha, Cusco, Juliaca, Puno, Ilo. El 1 de noviembre de 1919, falleció en Ayacucho.

A.- LOS PERSONAJES
a.- Personajes principales.  
Los que participan como personajes principales de la obra “El Caballero  Carmelo” son:
-El Caballero Carmelo:  Es el legendario y aguerrido gallo de pelea que hizo enterrar el pico de muchos gallos peleadores en grandes combate. Es un famoso gallo vencedor, pero después de tres años de vivir en casa de Abraham, envejeció
-El Ajiseco: Es un gallo  de pelea y contrincante de Carmelo. El Ajiseco se caracteriza por su juventud y su fortaleza física. Él muere en la pelea con el Carmelo.
-El narrador: Es el que  cuenta la historia y también es el testigo de la misma. El narrador es el mismo Abraham Valdelomar.
b.- Personajes secundarios
-Roberto: Es el hermano mayor que viene a casa después de una larga ausencia. Su presencia en su hogar da mucha alegría a toda la familia. Roberto le regala el gallo el Caballero Carmelo a su padre.
Jesús: Es la hermana menor que se caracteriza por su inquietud y por su buen corazón.
-Anfiloquio: Es el hermano de Abraham que defiende al Pelado por los destrozos que hizo.  
-El Pelado:  Es un pollón sin plumas, que parecía a algunos jóvenes de diez y siete años, flacos y golosos. El pollo se caracteriza por ser   pendenciero y escandaloso. El Pelado se subió a la mesa del comedor y rompió varias piezas de la valija de la familia.
-El padre: Es la cabeza de la familia y dueño del  gallo Carmelo. Es aficionado a la pelea de gallos.
-La madre:. Es la ama y cuida a sus seis hijos y hace las tareas hogareñas.
c.- Los personajes ocasionales: Son los que aparecen una vez en la obra y no vuelven a nombrarlos más
-Rosa: Es la hermana mayor.
-Héctor: Es el hermano más pequeño de la familia.
-El panadero
-El entrenador del Carmelo
-El dueño del gallo Ajiseco
-Los espectadores y apostadores de las peleas de gallos
-El juez de las peleas de gallos
-Los pescadores del puerto de San Andrés de Pisco.
B.- ESCENARIOS
     Los escenarios donde se desarrollan las acciones que realizan los personajes, son:
-La casa del niño Abraham
-La caleta de San Andrés
-Arena o lugar donde se realiza la pelea entre el Carmelo y el Ajiseco.

E.- EL TEMA
a.-El tema  principal:
     El tema principal o central del cuento es el honor y la valentía del protagonista, el gallo Carmelo.
b.- Los temas secundarios:
      Los temas secundarios del cuento “El Caballero Carmelo” son:
     -El amor filial y fraternal
     -La venerable vida aldeana
     -El dolor del Carmelo agonizante.
F.- ESTRUCTURA:
     El cuento “El Caballero Carmelo” esta estructurado en seis capítulos cortos. El escritor utiliza la narración lineal clásica: Inicio, presentación, clímax  y el desenlace.
*Inicio: La llegada del gallo Carmelo a la familia de Abraham.
*Presentación: Narra la vida familiar, hacer una descripción del puerto de    Pisco y la preparación de la pelea de gallos del Ajiseco y el Carmelo.
*Clímax: La pelea desigual entre el joven gallo Ajiseco y el achacoso gallo Carmelo.
*Desenlace: El triunfo y muerte del Carmelo.
G.- EL ARGUMENTO:
      El argumento del cuento “El Caballero Carmelo es el siguiente
       “El cuento se inicia con la llegada de Roberto a casa después de una larga ausencia que dejó a la familia en la más completa tristeza. Roberto regresó cabalgando un hermoso caballo de paso y trayendo  regalos a sus seres queridos. Su madre lo recibió cariñosamente, besándole con amor y le dijo que estaba muy flaco. Roberto se paseó por toda la casa, revisándola. Después entregó uno a uno de la familia un regalo; pero el regalo que más impactó fue el que dio a su querido padre: era un gallardo gallo.  Le pusieron el nombre de Caballero Carmelo. Después de un corto tiempo, Anfiloquio se quejó diciendo que desde que llegó el Caballero Carmelo todos miran mal al gallo Pelado. Durante tres años, el Caballero Carmelo salió victorioso de muchas peleas de gallos. El Caballero Carmelo era el orgullo de la familia y su héroe, pero el tiempo pasó y el gallo perdió su brillo y juventud. El padre de Abraham había pactado una pelea entre su gallo  Carmelo y  el Ajiseco, que era joven y lleno de vida. La familia que era dueña del Carmelo sintió mucha pena y preocupación porque su gallo estaba achacoso y no podía soportar una pelea con el Ajiseco. La pelea se efectuaría en el día de la patria, el 28 de julio. El día de la pelea entre el Caballero Carmelo y el Ajiseco, todos apostaban a favor del Ajiseco. Después de una sangrienta pelea de gallos, el  Carmelo logró enterrar en la arena el pico del Ajiseco; pero el achacoso gallo quedó mortalmente herido y murió después, dejando en la profunda tristeza a la familia de Abraham”.
APRECIACIÓN CRÍTICA
     En el  cuento “El Caballero Carmelo”,  hay que rescatar la creación  de los personajes que hace Valdelomar, ya que cada uno de ellos cumple su papel a cabalidad, El escritor nos  muestra el perfil físico y psicológico  del  protagonista, el Carmelo (esbelto musculoso, altivo, caballeroso, prudente, orgulloso y valiente); ya que él dará vida a la obra con sus acciones. Valdelomar también describe pictóricamente el puerto de Pisco donde pasó su niñez. Las acciones que desarrollan los personajes están cargadas de amor, ternura, tristeza y de valentía. La obra está escrita en tiempo pasado. El autor maneja magistralmente el idioma y  no abusa de los recursos literarios. El estilo del autor es simple y exquisito, ya que logra atrapar al lector de comienzo a fin en la lectura.

VOCABULARIO:
acaecer: ocurrir, suceder
acerado: de acero; fuerte
achacoso: viejo, enfermizo
agallas: bronquios de los peces
alada: que tiene ala
alba: la primera luz del día, amanecer
alcurnia: linaje, ascendencia
alforja: bolsón para llevar provisiones para el viaje
alpargata: calzado de tela
anales: historia por años
anegado: ahogado
apaciblemente:  tranquilamente
aridez:  sequedad
aristocracia: nobleza
augurio: profecía
austero: severo, rígido
bermejo: rubio, rojizo
azaroso: peligroso, arriesgado, riesgoso
butifarra: emparedado con jamón, lechuga y ají
caducado: terminado, acabado
caldeada: calentada
campanilla: timbre
cánones:  preceptos, reglas
capacho: canasto grande
Carmelo: de color rojo encendido
cesto:  canasta grande
clamoreo: griterío
comadrona: partera o mujer de edad y experta para realizar un parto.
cornisa:  adorno que sobresale  en parte alta de una cornisa.
crepúsculo:  amanecer
cresta: carnosidad roja que tiene sobre la cabeza el gallo  y alguna otras aves
chancaca: dulce compacto de azúcar
chirriaba: sonaba ruidosamente, rechinaba
desdeñar: tratar con desdén o menosprecio  a una persona o cosa.
desmedrado: débil, delgado
divisó:  miró, vio
domeñar: domesticar
empedrado: de piedra


jueves, 16 de mayo de 2013

el delfin

I.- DATOS DE LA OBRA:
a.- TÍTULO DE LA OBRA: “El delfin”
b.- AUTOR: Sergio Bambarén
c.- GÉNERO LITERARIO: Narrativo.
d.- ESPECIE LITERARIO: Novela
 e) ESTRUCTURA: La obra está estructurada en tres capítulos y un epílogo
a.- Biografía del autor: sergio bambaren
     Nació en Lima, el 1 de diciembre de 1960. Hizo sus estudios primarios y secundarios en el Colegio inglés Markham de Miraflores. Posteriormente, viajó a los Estados Unidos, donde estudió y se gradúo como  ingeniero químico en la Universidad de Texas A&M. Desde muy joven le encantó surfear en las playas de Miraflores y el mar era su amor. La tabla hawaiana era su gran pasión. Viajó para surfear a varios países de América Central, California, México y Chile; después regresó al Perú.  Al poco tiempo salió nuevamente para ir a la ciudad de Sydney, Australia, donde trabajó en una importante empresa industrial como un alto ejecuto de ventas. En Europa, conoció al escritor norteamericano Richard Bach, autor de la famosa obra “Juan Salvador Gaviota, en una feria de libros. En 1996, publicó su primera novela “El delfín” en Australia. Cuenta el escritor Bambarén que primero rechazó una propuesta muy importante  de la famosa editorial“Random House” porque quisieron  cambiar muchas cosas esencial de la historia. Luego, el escritor lo publicó por su cuenta. El escritor Bambarén narra  sobre la obra  …un amigo me animó a que publicara el libro e hicimos un tiraje de 5.000 ejemplares, pero nos golpeamos con la realidad: era un autor desconocido y ninguna librería iba a querer el libro. Lo pusimos en tiendas de nueva era, donde venden cristales, velas y esas cosas. El tiraje se terminó en menos de un mes, y en un año vendimos 100.000 ejemplares sin entrar a ninguna cadena de distribución. Luego, el libro llegó a la feria de Frankfurt, a otras editoriales y a partir de ahí fue como una bola de nieve(…)”.  En el año de 2002, Bambarén viajó por Italia, Suiza, Francia, España y Portugal para difundir sus obras. En octubre de ese mismo año, fue invitado por la editorial “Piper Verlag”debido a la venta millonaria  de la obra “El delfín”. Esta obra Best Seller de Bambarén ha sido traducido a más de cuarenta idiomas del mundo. Actualmente es vice-presidente de la Asociación Ecológica “Mundo Azul”  y radica en el Perú.
  
 1.- PERSONAJES
a.- Personajes principales:
- Daniel Alejandro Delfín: Es un soñador de mediana edad que ama el mar. Él sabe  que no hay nada más importante en su vida  que el   tiempo  que pasa deslizándose sobre las olas del mar.  Para Daniel Delfín, el mar no solamente es una gran masa de agua y sal, sino algo vivo, lleno de sabiduría  y belleza. Él ha decidido  dedicar  todas sus energías a descubrir el verdadero propósito de su vida a través del surf y la sabiduría del mar. Ese es su surf. Esta manera de pensar le trajo problemas con el resto de la manada. Daniel Alejandro vivía en un arrecife, antes de emprender la travesía en busca de la ola perfecta.
b.- Personajes secundarios:
      Los personajes secundarios que participan en la novela  son:
-Miguel Benjamín Delfín: Es el mejor amigo de Daniel  Delfín. Miguel ya no era un jovencito y fuerte como antes y sus sueños habían sido reemplazados por deberes y obligaciones.
-La Ballena jorobada: Cetáceo, grande y blanca que se encuentra en su travesía con el soñador Daniel Delfín. La ballena  le dice al soñador que se ha embarcado en un viaje arduo y peligroso y que tenga mucho cuidado. También le dice que ponga mucha atención a todo lo que hagas y veas,     y aprenderás muchas cosas. La ballena jorobada es sabia cuando le habla que no se trata de encontrar tu meta, la odisea que has emprendido te mostrara el significado de la ola perfecta y cómo hallarla.  La ballena antes de alejarse, le aconsejó que no confíe en un ser llamado hombre
-El pez Sol: Es un pez que por las noche duerme y durante el día sigue al astro rey, el sol. Su sueño más grande del pez sol es tocar algún día el sol. Es el segundo animal con quien se encuentra  Daniel Delfín durante su travesía. El sol pez le  da una luz a Daniel Delfín  para encontrar  la ansiada ola perfecta, diciéndole Es un sueño mu ambicioso, pero creo que puedo ayudarte, Durante mis travesías por el mar he observado  que las marejadas  provienen siempre del oeste,  empujada por fuertes vientos  que soplan de los confines del océano. Allí encontrarás la ola que buscas. Espera a que el sol esté a punto de ocultarse y síguelo en su recorrido hacia el mar
-El tiburón: Es el tercer pez con quien se encuentra  Daniel Delfín cuando realizaba su travesía por el mar tratando de hallar la ola perfecta. El tiburón también era un soñador cuando era joven. El tiburón se queja diciendo que la vida ha sido injusta con él y que todos le temen. El tiburón le promete a Daniel Delfín ser un soñador. El animal feroz  le dice a Daniel Delfín que pronto hallará la ola perfecta. Para reafirmar lo dicho agrega: Vengo del oeste y he visto que se formaba una gran marejada. Puede que en ella halles la ola que andas buscando”.   
-El viejo delfín: Es un personaje con muchos años encima, pero en su juventud también fue un soñador igual que Daniel Delfín. Le confiesa a Daniel que un día dejó de soñar. El viejo delfín le cuenta “Seguí la Ley de la manada en lugar de escuchar a mi corazón. Y a partir de aquel momento empecé a sentirme viejo”.
-La voz  del mar: Es la que aconseja o guía a Daniel Alejandro Delfín para realizar la travesía del océano en busca de la ola perfecta. La voz le confiesa que le apoyaría cuando se sienta desalentado y mientras persigas su sueño estará  siempre a su lado
6.-EL ARGUMENTO
     El soñador, Daniel Delfín, trata de hacer realidad su sueño y se aleja de su isla. El valeroso  Daniel emprende una gran  aventura llena de peligros, pero no retrocede, sino más bien avanza con mucho valor para encontrar  la ola perfecta y deslizarse sobre ella. Ese era su ansiado sueño. Al final logra su objetivo con mucha lucha, perseverancia, fe y  amor. Después de mucho tiempo regresa a su hogar, pero los delfines le daban por muerto; Daniel Delfín logra convencerlos de que él sigue vivo y que regresa   muy feliz de haber realizado su ansiado sueño. Inclusive, les da un mensaje positivo a los delfines, diciéndoles “Abandoné el arrecife  y viajé muy  lejos, pero he regresado. Ustedes decían  que era imposible realizar mi sueño y sin embargo lo he logrado. ¿Quién les ha dicho que hemos venido al mundo sólo para sufrir? Siempre sueñen y no se sientan atemorizados de soñar”. Daniel Delfín contó a todos los delfines las aventuras que había vivido fuera de la manada, que aprendió a seguir las señales  escuchando a su corazón y que había  conocido a un ser llamado hombre, quien le había demostrado su bondad y el mal que existe en todo ser viviente. Pero lo importante, les dijo que su sueño de hallar un propósito más elevado en la vida se había cumplido. También era un delfín igual a los demás, con los mismos temores y esperanzas, pero  con una sola diferencia: nunca había      renunciado a sus sueños
APRECIACIÓN CRÍTICA
      "El Delfín" de Sergio Bambarén está considerado como literatura light, porque  tiene poco peso literario. Esta obra tiene un gran contenido o fondo: pero  carece de forma o expresividad literaria.  Una obra para sea literaria debe tener  ambos elementos: fondo y forma. "El Delfín" es una gran obra de superación personal que ha sido traducida en más de cuarenta idiomas del mundo. Está obra es un Best.Seller porque se ha vendido muchos millones de ejemplares. Este libro no debe faltar en casa porque motiva al lector a superarse para encontrar el éxito
MENSAJE DE LA OBRA 
  El mensaje que nos brinda  la obra "El delfín" de Bambarén es la lucha permanente con perseverancia, con valentía y con amor para  cambiar nuestra existencia y alcanzar el éxito personal.

la ciudad de los perros


.- DATOS DE LA OBRA


a.- TÍTULO: "La ciudad y los perros"

b.- AUTOR: Mario Vargas Llosa
c.- GÉNERO LITERARIO: Narrativo

d.- ESTRUCTURA DE LA OBRA:
La novela de largo aliento "La ciudad y los perros" está estructurada en dos partes; cada una de ellas contiene ocho capítulos y un epílogo.
e.- ESPECIE LITERARIA: Novela


 
DATOS DEL AUTOR

a.- BIOGRAFÍA: Mario Vargas Llosa

      Nació en la ciudad de Arequipa el 28 de marzo de 1936. Sus padres fueron Ernesto Vargas Maldonado y doña Dora Llosa Ureta. Hizo sus estudios primarios en Cochabamba, Bolivia. Sus estudios secundarios los realizó en el Colegio Militar Leoncio Prado y en el colegio nacional San Miguel de Piura. En 1953, ingresó a la Facultad de Letras de la   Universidad Nacional Mayor de San Marcos. A los dieciocho años se casó  con su tía política, Julia Urquidi. En 1959, viajó becado a España para estudiar doctorado  en la Universidad Complutense de Madrid y ese mismo año publicó su libro de cuentos "Los jefes". En 1964 se divorció de su esposa Julia Urquidi. En 1965, viajó a  a La Habana para participar como Jurado de los Premios "Casa de las Américas"  y ese mismo año contrajo matrimonio con la señorita Patricia Llosa. En 1967, trabajó  como traductor para la UNESCO en Grecia. En 1983, preside  la Comisión Investigadora del caso de  Uchuraccay  para investigar la muerte  de  ocho periodistas. En 1990, fue candidato a la Presidencia de la República por el Frente  Democrático-FREDEMO. En   marzo de 1993 se nacionalizó español, sin renunciar a la nacionalidad peruana. Ha ganado muchos premios nacionales e internacionales: Premio  Leopoldo Alas, España; Premio Internacional de Literatura "Rómulo Gallegos", Venezuela;  Premio Nacional de Novela, Perú; Premio Príncipe de Asturias de las Letras, España. En el año de 2010, logró cristalizar su sueño más ansiado:"Premio Nobel de Literatura".

 
A.- LOS PERSONAJES

a.-Personajes principales

     Los personajes principales de la obra son:

-Alberto Fernández,  "El Poeta": Cadete de 15 años y goza de una buena posición económica, Reside  en el distrito de Miraflores. Detesta la vida militar. Escribe novelistas pornográficas y cartas de amor para las enamoradas de sus amigos, a cambio de dinero y cigarrillos. Es novio de Teresa.

-Ricardo Arana, "El Esclavo": Cadete del quinto año  que se  caracteriza por su timidez y su inseguridad.  Su delicadeza  no  le  permite   enfrentarse a los   personajes de la obra. Él es un muchacho  de pocas   palabras  y  que  está  en   contra  de   la  violencia. Es  asesinado de un balazo en la cabeza.
-Jaguar:  Jefe  del  grupo de  jóvenes   violentos  "El  Círculo".  El se  caracteriza   por  ser una persona  insociable,   belicoso   y   de   un   carácter   hosco.   Pertenece  a  la clase  baja de la sociedad limeña.  Los cadetes del Colegio  Militar  le  respetaban porque era muy golpeador y atrevido. 

-Porfirio Cava, "El serrano": Cadete del quinto año. Es integrante del tenebroso grupo "El Círculo". Él es un personaje que se caracteriza por ser negativo, atrevido e insolente, Por robar un examen de química es espulsado del Colegio Militar Leoncio Prado.

-Boa: Miembro de "El Círculo" y es un cadete que se caracteriza por ser  de un carácter altamente violento.  Además es cruel, perverso y  sádico. Es el más temido después  del belicoso Jaguar. Tiene relación sexual con la perra "Malpapeada con quien duerme en su cama. Él vende bebida alcohólica y cigarrillos a los cadetes del  colegio.                 

-Teresa:  Muchacha de 17 años de edad y carece de recursos materiales. Ella no es bella físicamente,  pero es  noble de sentimientos, estudiosa, inocente, honrada y muy ordenada. Teresa  representa el amor, la dulzura y la honradez. Fue enamorada de Alberto "El poeta", de Ricardo Arana "El Esclavo" y de Jaguar. 

- Teniente Gamboa: Instructor de la Escuela Militar. Es casado y tiene aproximadamente treinta años. El teniente se caracteriza por su rectitud y por ser sumamente estricto. Él simboliza la honradez. Fue traslado a la Puna, como castigo, por defender las declaraciones de Alberto "El Poeta" sobre la muerte de Ricardo Arana "El Esclavo".

b.- Personajes secundarios:

     Los personajes secundarios que participan en la obra, son:
-Teniente Remigio Guarina: Instructor del colegio militar y simboliza al burócrata

-Vallano: Cadete negro  que se caracteriza por ser violento y abusivo  amigo del cadete Boa y enemigo de Alberto "El poeta".

-Arróspide: Brigadier y cadate del quinto año. Es un muchacho pituco miraflorino y tiene la piel blanca

-Capitán Garrido, "El Piraña": Oficial superior del teniente Gamboa.
-Mayor:Hombre rudo y enemigo del teniente Gamboa.
-Coronel: Director del colegio militar  "Leoncio Prada. Es de contextura gruesa  y de baja estatura. 

-Los perros: Los alumnos de tercer año de secundaria que son sometidos a humillaciones por los cadetes más fuertes y malvados,
 c.- Personajes ocasionales:
-Paulino, "El injerto": Administra  la Perlita. Es el que vende cigarrillos y licor a los cadetes. Él presenta las siguientes características físicas: Tiene ojos rasgados de japonés, ancha jeta de negro, pómulos y mentón de indio, pelos lacios.
 Alberto: Hombre adultero, don Juan, frívolo y borracho
-Emilio: Amigo y vecino de Alberto
-Pluto: Amigo y vecino de infancia y de juventud  de Alberto.
-Helena: Hermosa chica que fue el amor  imposible de la infancia del cadete Alberto.
-Ana: Amiga de Helena    y  hermana de Emilio.
-Culete: Delincuente y amigo de Jaguar.
-Rajas: Avezado delincuente.
-Padrino: Hombre de mal vivir y protector de Jaguar.
-El flaco Higueras: Delincuente avezado.
-Mamá Domitila: Mujer indigente.
-Comandante Altuna: Hombre de elevada estatura y de contextura fornida.
-Subteniente Varúa
-Subteniente Pezoa, "La Rata".
-Teniente Pedro Pitaluga: Compañero del teniente Gamboa desde la escuela militar.
-Marcela: Hermosa chica que pertenece a una familia burguesa.
-Revilla: Cadete
-Urioste: Cadete
-Profesor de química: Hombre flaco que se caracteriza por su timidez,
-El capellán del colegio: Cura rubio y de aspecto jovial.
-Fontana: Profesor de francés. Él presenta las siguientes características físicas:  es medio bajito, medio rubio; tiene los ojos más azules que el Jaguar.
.Pies Dorados: Hermosa prostituta del burdel de Huatica que es frecuentado por los cadetes del colegio militar Leoncio Prado.
-Perra Malpapeada.

      .

E.-EL TEMA

a.- El tema principal

      El tema principal de la novela  es el sistema educativo autoritario y violento que se implanta en el Colegio Militar Leoncio Prado.

b.- Temas secundarios

       Los temas secundarios que encontramos en la obra son:

       -El amor

       -La hipocresía

       -La sexualidad

       -El militarismo
E .- AMBIENTES
  
 La gran parte de la novela se desarrolla en el Colegio Militar "Leoncio Prado" de la Perla, Callao. 
       Los ambientes secundarios de la obra son: 
       -La perlita 
       -Av, Nicolás de Piérola
       -Av, Alfonso Ugarte  
       -Av.  Salaverry
       -Dos de Mayo
       -El distrito de Lince, donde vive Ricardo Arana "El Esclavo"
       -El distrito de Miraflores, donde vive Alberto Fernández "El Poeta"

 
G.- EL ARGUMENTO:       

     El  argumento  de "La ciudad y los perros" es la siguiente: La historia comienza con el robo de  un  examen   de  química   el    cual  va a ser tomado días después, éste es extraído  por el cadete Cava. Éste fue ordenado por el Círculo, agrupación que impone el miedo y el desorden entre   los internos del colegio militar Leoncio Prado y del cual es el líder. Se llega a descubrir el   robo   porque  el cadete Cava  deja un vidrio roto al cometer la fechoría, entonces las autoridades del colegio toman cartas en el asunto consignando  a toda la sección en todos los  sucesos, resultando afectados injustamente culpables y no culpables y entre ellos un muchacho Ricardo Arana, el cual es conocido con "El Esclavo", debido a su carácter débil que por estar consignado no puede salir a ver a su novia Teresa. El cadete Arana denuncia a Cava, el cual es degradado y expulsado por las autoridades del plantel. El Colegio Militar Leoncio Prado, como parte del entrenamiento de sus cadetes realiza maniobras militares, en éstas recibe Ricardo Arana recibe un balazo en la cabeza causándole la muerte, Ahora todos desconfían del Jaguar puesto que Arana fue el autor indirecto de la expulsión de Cava y se piensa que se trata de una venganza llevada a cabo  en una situación propicia debido a la confusión reinante en estas actividades. Al saber esto, las  autoridades del colegio militar se estremecerán pensando en las perjudiciales consecuencias del escándalo. Establecen como versión  oficial que la muerte  de Ricardo Arana fue accidental.Entre los cadetes hay uno de nombre Alberto "El poeta", quien es hipócrita y se desenvuelve como amigo del "esclavo", éste en determinado momento rompe con los pactos  que los une con el "Círculo" y a la vez culpa del crimen al Jaguar ante el teniente Gamboa, él es reconocido por ser un hombre recto y disciplinado. A la larga, todos se ven envueltos en los actos de silencio, por tanto, el caso se da por cerrado y la investigación no se reabre. A Alberto "El poeta" se le impide seguir adelante con sus investigaciones y ni el teniente Gamboa puede  hacer nada, incluso éste es ascendiendo, olvidando así el apoyo inicial que le dio al poeta. Las autoridades para acallar al poeta lo amenazan con mostrar a sus padres las novelas pornográficas que éste escribía y que a la vez eran vendidas por  sus compañeros de aula. El poeta calló y así se evitó aclarar la muerte del cadete Arana "Esclavo".

APRECIACIÓN CRÍTICA LITERARIA
 Yo opino que la novela "La ciudad y los perros" está bien logrado literariamente. El escritor Mario Vargas Llosa  se vale de las técnicas narrativas contemporáneas y  de los recursos literarios y linguísticos para escribir su primera novela de gran envergadura literaria.La obra es muy interesante ya que logra atrapar al lector desde el principio hasta el final. Creo que esta obra es cruda y realista ya que refleja los problemas sociales y políticos del Perú 
 
EL MENSAJE

    El mensaje de la obra "La ciudad y los perros" es esencialmente humana y social. El escritor Mario Vargas Llosa nos a entender que la violencia, la hipocresía y el crimen rompen todas las expectativas en busca de un nuevo  Perú con rostro humano.
 

campion de la muerte

El Campeón de la Muerte
(Enrique López Albujar)

Se había puesto el sol y sobre la impresionante tristeza del pueblo comenzaba a asperjar la noche sus gotas de sombra. Liberato Tucto, en cuclillas a la puerta de su choza, chachaba, obstinado en que su coca le dijera qué suerte había corrido su hija, raptada desde hacía un mes por un mozo del pueblo, a pesar de su vigilancia.
Durante esos treinta días su consumo de coca había sobrepasado al de costumbre. Con regularidad matemática, sin necesidad de cronómetro que le precisara el tiempo, cada tres horas, con rabia sorda y lenta, de indio socarrón, y cachazudo, metía mano al huallqui, que, inseparable y terciado al cuerpo, parecía ser su fuente de consuelo. Sacaba la hoja sagrada a puñaditos, con delicadeza de joyero que recogiera polvo de diamantes, y se la iba embutiendo y aderezando con la cal de la shipina, la que entraba y salía rápidamente de la boca como la pala del horno.
Con la cabeza cubierta por un cómico gorro de lana, los ojos semioblicuos y fríos –de frialdad ofídica- los pómulos de prominencia mongólica, la nariz curva, agresiva y husmeadora, la boca tumefacta y repulsiva por el uso inmoderado de la coca, que dejaba en los labios un ribete verdusco y espumoso, y el poncho listado de colores sombríos en el que estaba semienvuelto, el viejo Tucto parecía, más que un hombre de estos tiempos, un ídolo incaico hecho carne.
Y de cada chacchada no había obtenido la misma respuesta. Unas veces la coca le había parecido dulce y otras amarga, lo que le tenía desconcertado, indeciso, sin saber qué partido tomar. Por antecedentes de notoriedad pública sabía que Hilario Crispín, el raptor de su hija, era un indio de malas entrañas, gran bebedor de chacta, ocioso, amigo de malas juntas y seductor de doncellas; un mostrenco, como castizamente llaman por estas tierras al hombre desocupado y vagabundo. Y para un indio honrado esta es la peor de las tachas que puede tener un pretendiente.
¿A dónde habría llevado el muy pícaro a su Faustina? ¿Qué vida estaría haciéndola pasar? ¿O la habría abandonado ya en represalia de la negativa que él, como hombre juicioso, le hiciera al padre de Crispín cuando fue a pedírsela para su hijo?
En estas hondas meditaciones estaba el viejo Tucto el trigésimo día del rapto de la añorada doncella, cuando de entre las sombras de la noche naciente surgió la torva figura de un hombre, que, al descargar en su presencia el saco que traía a las espaldas, dijo:
-Viejo, aquí te traigo a tu hija para que no la hagas buscar tanto, ni andes por el pueblo diciendo que un mostrenco se la ha llevado.
Y, sin esperar respuesta, el hombre, que no era otro que Hilario Crispín, desató el saco y vació de golpe el contenido, un contenido nauseabundo, viscoso, horripilante, sanguinolento, macabro, que, al caer, se esparció por el suelo, despidiendo un olor acre y repulsivo.  Aquello era la hija de Tucto descuartizada con prolijidad y paciencia diabólicas, escalofriantes, con un ensañamiento de loco trágico.
Y con sarcasmo diabólico, el indio Crispín, después de sacudir el saco, añadió burlonamente:
-No te dejo el saco porque puede servirme para ti si te atreves a cruzarte en mi camino.
Y le volvió la espalda.
Pero el viejo, que, pasada la primera impresión, había logrado impasibilizarse, levantóse y con tranquilidad, inexplicable en hombres de otra raza, exclamó:
-Harás bien en llevarte tu saco; será robado y me traería mala suerte. Pero ya que me has traído a mi hija debes dejar algo para las velas del velorio y para atender a los que vengan a acompañarme. ¿No tendrás siquiera un sol?
Crispín, que comprendió también la feroz ironía del viejo, sin volver la cara respondió:
-¡Qué te podrá dar un mostrenco! ¿No quisieras una cuchillada, viejo ladrón?
Y el indio desapareció, rasgando con una interjección flagelante el silencio de la noche…
II
Entre la falda de una montaña y el serpenteo atronador y tormentoso del Marañón yacen sobre el regazo fértil de un valle cien chozas desmedradas, rastreras y revueltas, como cien fichas de dominó sobre un tapete verde. Es Pampamarca. En medio de la vida pastoril y semibárbara de sus moradores, la única distracción que tienen es el tiro al blanco, que les sirve de pretexto para sus grandes bebezones de chicha y chacta y para consumir también gran cantidad de cápsulas, a pesar de las dificultades que tienen que vencer para conseguirlas, llevándoles su afición, hasta pagar en casos urgentes media libra por una cacerina de máuser. A causa de esto tienen agentes en las principales poblaciones del departamento, encargados de proveerles de munición por todos los medios posibles, los que, conocedores del interés y largueza de sus clientes, explotan el negocio con una desmedida sordidez, multiplicando el valor de la siniestra mercancía y corrompiendo con precios tentadores a la autoridad política y al gendarme.
Y cuando el agente es moroso o poco solícito, ellos bajan de sus alturas, sin importarles las grandes distancias que tienen que recorrer a pie, y se les ve entonces en Huanuco, andando lentamente, como distraídos, con caras de candor rayanas en la idiotez, penetrando en todas las tiendas, hasta en las boticas, en donde comienzan por preguntar tímidamente por las clásicas cápsulas del 44 y acaban por pedir balas de todos los sistemas en uso. Se les conoce tanto que, a pesar del cuidado que ponen en pasar inadvertidos, todo el que los ve murmura despectivamente: “shucuy de Dos de Mayo”, y los comerciantes los reciben con una amabilidad y una sonrisa que podría traducirse en esta frase: “Ya sé lo que quieres, shucuysito: munición para alguna diablura”.
Es en este caserío, en esta tierras de tiradores –illapaco jumapa-, como se les llama en la provincia, donde tuvo la gloria de ver por primera vez el sol Juan Jorge, flor y nata de illapacos, habiendo llegado a los treinta años con una celebridad que pone los pelos de punta cundo se relatan sus hazañas y hace desfallecer de entusiasmo a las doncellas indias de diez leguas a la redonda. Y viene a aumentar esta celebridad, si cabe, la fama de ser, además, el mozo un eximio guitarrista y un cantor de yaravíes capaz de doblegar el corazón femenino más rebelde.
Y también porque no es un shucuy, ni un cicatero. Y en cuanto a vestir y calzar, calza y viste como lo mistis, y luce cadena y reloj cuando baja a los pueblos grandes a rematar su negocio –como dice él mismo- que consiste en eliminar de este mezquino mundo a algún predestinado al honor de recibir entre los dos ojos una bala suya.

III
En lo que Juan Jorge no andaba equivocado, porque su fortuna y bienestar eran fruto de dos factores suyos: el pulso y el ojo.

IV
Y fue a este personaje, a esta flor y nata de illapacos, a quien el viejo Tucto le mandó su mujer para que contratara la desaparición del indio Hilario Crispín, cuya muerte era indispensable para tranquilidad de su conciencia, satisfacción de los yayas y regocijo de su Faustina en la otra vida.
La mujer de Tucto, lo primero que hizo, después de saludar humildemente al terrible illapaco, fue sacar un puñado de coca y ofrecérselo con estas palabras:
-Para que endulces tu boca, taita.
-Gracias, abuela; siéntate.
Juan Jorge aceptó la coca y se puso a chacchar lentamente, con la mirada divagante, como embargado por un pensamiento misterioso y solemne. Pasado un largo rato, preguntó:
-¿Qué te trae por aquí Marina?
-Vengo para que me desaparezcas a un hombre malo.
-¡Hum! Tu coca no está muy dulce…
-Tomarás más, taita. Yo la encuentro muy dulce… y también te traigoIshcayrealgota.
Y sacando la botella de agua de florida llena de chacta se la pasó al illapaco.
-Bueno. Beberemos.
Y ambos bebieron un buen trago, paladeándole con una fruición más fingida que real.
-¿Quién es el hombre malo y qué ha hecho, porque tú sabrás que yo no me alquilo sino para matar criminales. Mi máuser es como la vara de la justicia…
-Hiralio Crispín, de Patay – Rondos, taita, que ha matado a mi Fausta.
-Lo conozco; buen cholo. Lástima que haya matado a tu hija, porque es un indio valiente y no lo hace mal con la carabina. Su padre tiene terrenos y ganados. ¿Y estás segura de que Crispín es el asesino de tu hija?
-Como de que ayer la enterramos. Es un perro rabioso, un mostrenco.
-¿Y cuánto vas a pagar porque lo mate?
-Hasta dos toros me manda a ofrecerte Liberato.
-No me conviene. Ese cholo vale cuatro toros; ni uno menos.
-Se te darán, taita. También me encarga Liberato decirte que han de ser diez tiros los que le pongas al mostrenco, y que el último sea el que le despene.
Juan Jorge se levantó bruscamente y exclamó:
-¡Tatau! Pides mucho. Pides una cosa que nunca he hecho, ni se ha acostumbrado jamás por aquí.
-Se te pagará, taita. Tiras bien y te será fácil.
Juan Jorge volvió a sentarse, se echó un poco de coca a la boca y después de meditar un gran rato en quién sabe qué cosas, que le hicieron sonreír, dijo:
-Bueno; diez, quince y veinte si quieres. Pero te advierto que cada tiro va a costarle a Liberato un carnero de yapa. Los tiros de máuser están hoy muy escasos y no hay que desperdiciarlos en caprichos que pague su capricho Tucto. Además, haciéndole tantos tiros a un hombre, corro el peligro de desacreditarme, de que se rían de mí hasta los escopeteros.
-Se te darán las yapas, taita. De lo demás no tengas cuidado. Yo haré saber que lo has hecho así por encargo.
-Juan Jorge se frotó las manos, sonrió, dióle una palmadita a la Martina y resolviese a sellar el pacto con estas palabras:
-De aquí a mañana haré averiguar con mis agentes si es verdad que Hilario Crispín es el asesino de tu hija, y si así fuera, mandaré por el ganado como señal de que acepto el compromiso.

V
Cuatro días después comenzó la persecución de Hilario Crispín. Jorge y Tucto se metieron en una aventura preñada de dificultades y peligros, en que había que marchar lentamente, con precauciones infinitas, ascendiendo por despeñaderos horripilantes, cruzando sendas inverosímiles, permaneciendo ocultos entre las rocas horas enteras, descansando en cuevas húmedas y sombrías, evitando encuentros sospechosos, esperando la noche para proveerse de agua en los manantiales y quebradas. Una verdadera cacería épica, en la que el uno dormía mientras el otro avizoraba, lista la carabina para disparar. Peor que si se tratara de cazar a un tigre.
Y el illapaco, que a previsor no le ganaba ya ni su maestro Ceferino, había preparado el máuser, la víspera de la partida, con un esmero y una habilidad irreprochables. Porque Juan Jorge, fuera de saber el peligro que corría si llegaba a descuidarse y ponerse a tiro del indio Crispín, feroz y astuto, estaba obsedido por una preocupación, que sólo por orgullo se había atrevido a arrostrarla: tenía una supersición suya, enteramente suya según la cual un illapaco corre gran riesgo cuando va a matar a un hombre que completa cifra impar en la lista de sus víctimas. Tal vez por eso siempre la primera víctima hace temblar el pulso más que las otras, como decía el maestro Ceferino. Y Crispín, según su cuenta, iba a ser el número sesenta y nueve. Esta superstición la debía a que en tres o cuatro ocasiones había estado a punto de parecer a manos de sus victimados, precisamente al añadir una cifra impar a la cuenta.
Por esta razón sólo se aventuraba en los desfiladeros después de otear largamente todos los accidentes del terreno, todas las peñas y recovecos, todo aquello que pudiera servir para una emboscada.
Así pasaron tres días. En la mañana del cuarto, Juan Jorge, que ya se iba impacientando y cuya inquietud aumentaba a medida que transcurría el tiempo, dijo, mientras descansaba a la sombra de un peñasco:
-Creo que el cholo ha tirado largo, o estará metido en alguna cueva, de donde sólo saldrá de noche.
-El mostrenco está por aquí, taita. En esta quebrada se refugian todos los asesinos y ladrones que persigue la fuerza. Cunce Maille estuvo aquí un año y se burló de todos los gendarmes que lo persiguieron.
-Peor entonces. No vamos a encontrar a Crispín ni en un mes.
-No será así, taita. Los que persiguen no saben buscar; pasan y pasan y el perseguido está viéndoles pasar.
Hay que tener mucha paciencia. Aquí estamos en buen sitio y te juro que no pasará el día sin que aparezca el mostrenco por la quebrada, o salga de alguna cueva de las que ves al frente. El hambre o la sed le harán salir.
Esperemos quietos.
Y tuvo razón Tucto al decir que Crispín no andaba lejos, pues a poco de callarse, del fondo de la quebrada surgió un hombre con la carabina en la diestra, mirando a todas partes recelosamente y tirando de un carnero, que se obstinaba en no querer andar.
-Lo ves, taita –dijo levemente el viejo Tucto, que durante toda la mañana no había apartado los ojos de la quebrada-. Es Crispín. Cuando yo te decía… Apúntale, apúntale; asegúralo bien.
Al ver Juan Jorge a su presa se le enrojecieron los ojos, se le inflaron las narices, como al llama cuando husmea cara al viento, y lanzó un hondo suspiro de satisfacción. Revisó en seguida el máuser y después de apreciar rápidamente la distancia, contestó:
-Ya lo ví; se conoce que tiene hambre, de otra manera no se habría aventurado a salir de día de su cueva. Pero no voy a dispararle desde aquí; apenas habrá unos ciento cincuenta metros y tendría que variar todos mis cálculos. Retrocedamos.
Taita, que se te va a escapar!...
-¡No seas bruto! Si nos viera, más tardaría él en echar a correr que yo en meterle una bala. Ya tengo el corazón tranquilo y el pulso firme.
Y ambos, arrastrándose felinamente y con increíble rapidez, fueron a parapetarse tras una blanca peñolería que semejaba una reventazón de olas.
-Aquí estamos bien –murmuró Juan Jorge-. Doscientos metros justos; lo podría jurar.
Y, después de quitar el seguro y levantar el librillo, se tendió con toda la corrección de un tirador de ejército, que se prepara a disputar un campeonato, al mismo tiempo que musitaba:
-¡Atención, viejito! Está en la mano derecha para que no vuelva a disparar más. ¿Te parece bien?
-Si taita, pero no olvides que son diez tiros los que tienes que ponerle. No vayas a matarlo todavía.
Sonó un disparo y la carabina voló por el aire y el indio Crispín dio un rugido y un salto tigresco, sacudiendo furiosamente la diestra. En seguida miró a todas partes, como queriendo descubrir de donde había partido el disparo, recogió con la otra mano el arma y echó a correr en dirección a unas peñas; pero no habría avanzado diez pasos cuando un seguro tiro le hizo caer y rodar al punto de partida.
-Esta ha sido en la pierna derecha –dijo sonriendo el feroz illapaco- para que no pueda escapar. Veo que completaré con felicidad mi sesenta y nueve. Y volvió a encararse el arma y un tercer disparo fue a romperle al infeliz la otra pierna. El indio trató de incorporarse, pero solamente logro ponerse rodillas. En esta actitud levantó las manos al cielo, como demandando piedad, y después cayó de espaldas, convulsivo, estertorante, hasta quedarse inmóvil.
-¡Los has muerto, taita!
-No, hombre. Yo sé donde apunto. Está más vivo que nosotros. Se hace el muerto por ver si lo dejamos allí, o cometemos la tontería de ir a verlo, para aprovecharse él del momento y meternos una puñalada. Así me engañó una vez José Illatopa y casi me vacía el vientre. Esperemos que se mueva.
Y Juan Jorge encendió un cigarro y se puso a fumar, observando con interés las espirales del humo.
-¿Te fijas, viejo? El humo sube derecho; buena suerte.
-Va a verte Crispín, taita, no fumes.
-No importa. Ya está al habla con mi máuser.
El herido, que al parecer había simulado la muerte, juzgando tal vez que había transcurrido ya el tiempo suficiente para que el asesino lo hubiera abandonado, o quizás por no poder ya soportar los dolores que, seguramente, estaba padeciendo, se volteó y comenzó a arrastrarse en dirección a una cueva que distaría uno cincuenta pasos.
Juan volvió a sonreír y volvió a apuntar, diciendo:
-A la mano izquierda…
Y así fue: la mano izquierda quedó destrozada. El indio, descubierto en su juego, aterrorizado por la certeza y ferocidad con que le iban hiriendo, convencido de que su victimador no podía ser otro que el illapaco de Pampamarca, ante cuyo máuser no había salvación posible, lo arriesgó todo y comenzó a pedir socorro a grandes voces y a maldecir a su asesino.
Pero Juan Jorge, que había estado siguiendo con el fusil encarado todos los movimientos del indio, aprovechando del momento en que éste quedará de perfil, disparó el quinto tiro, no sin haber dicho antes:
-Para que calles…
El indio calló inmediatamente, como por ensalmo, llevándose a la boca las manos semimutiladas y sangrientas. El tiro le había destrozado la mandíbula inferior. Y así fue hiriéndole el terrible illapaco en otras partes del cuerpo, hasta que la décima bala, penetrándole por el oído, le destrozó el cráneo.
Había tardado una hora en este satánico ejercicio; una hora de horror, de ferocidad siniestra, de refinamiento inquisitorial, que el viejo Tucto saboreó con fruición y que fue para Juan Jorge la hazaña más grande de su vida de campeón de la muerte.
En seguida descendieron ambos hasta donde yacía destrozado por diez balas, como un andrajo humano, el infeliz Crispín. Tucto le volvió boca arriba de un puntapié, desenvainó su cuchillo y diestramente le sacó los ojos.
-Estos –dijo, guardando los ojos en el huallqui- para que no me persigan; y ésta –dándole una feroz tarascada a la lengua- para que no avise.
-Y para mí el corazón –añadió Juan jorge-. Sácalo bien. Quiero comérmelo porque es de un cholo muy valiente.